En un cuarto que cobija solo a dos y cuya puerta nunca se abre no hay
designio. No se designa no hace falta nombre no hay mención no evocación no
remembranza. No hay a quién llamar. Nadie buscara el origen curioso de la voz
que nombra y es nombrada. No hay necesidad de reconocimento no multitud no
pueblo no masa no otredad molesta en un cuarto que alberga solo a dos y cuya
puerta nunca se abre. No intimidad en contraste de lo público no necesidad de
huida. Habrá quizá encuentro carnal encuentro pasional encuentro para pronto
desencuentro quizá reencuentro pero no habrá amor en un cuarto que abarca solo
a dos y cuyas paredes nunca se abren.
Si el nombre es amor, deberás abrir la puerta.
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